Fieles a la misión que nos ha encomendado nuestro querido fundador Marcelino Champagnat, los maristas del siglo XXI en cada uno de los tres países que conforma la Provincia Norandina: Venezuela, Colombia y Ecuador, afrontamos con audacia y esperanza esta labor: “Nuestra misión evangelizadora con los jóvenes nos impulsa a ser fermento y a promover una Iglesia acogedora, participativa, evangélica y fraterna.”
Como se lo propone el instituto de los Hermanos Maristas a lo largo de los cinco continentes: “La Pastoral Juvenil Marista se caracteriza por ser una propuesta consciente, intencional y explícita de evangelización de los jóvenes. Dada la pluralidad de realidades juveniles, hay que proyectar una pastoral diferenciada y orgánica, que tenga en cuenta y responda a las diversas situaciones y actitudes ante la fe y ante la vida.”
Nuestra Comunidad Marista, vivió por el año de 1.977, un verdadero movimiento del Espíritu de Jesucristo que dio su fruto en la creación del movimiento REMAR. Sus fundadores quisieron proponer a las jóvenes generaciones de entonces, la verdad sobre Cristo, la Iglesia y el Hombre como faro en sus búsquedas y travesías. Aunque el valor de estas verdades esenciales de la fe, derivadas de la Revelación de Dios en Jesucristo, perdura en el tiempo, es necesario reconocer que el hombre y la mujer contemporáneos continúan viviendo los efectos de las radicales transformaciones que una vez anunció proféticamente el Concilio Vaticano II y que la Iglesia en América Latina ha querido interpretar y asumir en las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano (Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida).
Nuestra Comunidad Marista, vivió por el año de 1.977, un verdadero movimiento del Espíritu de Jesucristo que dio su fruto en la creación del movimiento REMAR. Sus fundadores quisieron proponer a las jóvenes generaciones de entonces, la verdad sobre Cristo, la Iglesia y el Hombre como faro en sus búsquedas y travesías. Aunque el valor de estas verdades esenciales de la fe, derivadas de la Revelación de Dios en Jesucristo, perdura en el tiempo, es necesario reconocer que el hombre y la mujer contemporáneos continúan viviendo los efectos de las radicales transformaciones que una vez anunció proféticamente el Concilio Vaticano II y que la Iglesia en América Latina ha querido interpretar y asumir en las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano (Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida).
El mundo, como escenario de la vida del hombre y de la mujer contemporáneos, continúa cambiando vertiginosamente. Y la pastoral marista desea seguir dando respuestas acertadas a dicho camino histórico, por ello contamos con diversas propuestas pastorales, que atendiendo edad y circunstancias de cada grupo, hemos creado tres movimientos más: Amigos en Marcha, que hicieron su aparición en el escenario pre-juvenil desde mediados del años ochenta. Los movimientos SEMAR y TIEMAR creados y diseñados para brindar un acompañamiento pastoral a la infancia, cobijando niños desde los 5 a los 10 años. Es por ello para nosotros un verdadero honor el contar en la actualidad con una PIJM que articula procesos, metodología y estilo pedagógico pastoral, con niños, pre adolescentes y jóvenes, siendo esta una apuesta por ser fieles a las necesidades de nuestros destinatarios, buscando encarnar la experiencia del evangelio en las experiencias comunitarias, que desde la vida cotidiana transforman la vida de ellos.