Parece difícil hablarles de mística a los jóvenes de este siglo, a nosotros que vivimos en un mundo muchas veces superficial, embriagados de cosas y de propuestas de la sociedad como diría el Papa Francisco.
Y precisamente Emily Turú nos conversaba sobre la libertad del joven al estilo Marista, presentando las 3 »S»: Servicio, Silencio y Sororidad.
En estas tres palabras vemos la invitación que tenemos como Maristas de salir con María de prisa a nuevas tierras, a las periferias externas e internas utilizando de nuevo las Palabras del Santo Padre. Y en este mundo tan lleno de cosas y propuestas que fácil es no escuchar en Silencio, por ende no encontrarse con los llamados de Cristo, hacer por hacer, por llenar espacios, sin sentido.
En el silencio nos encontramos también con Jesús, no se refiere el Hermano Emili a una juventud pasiva, sino a una juventud entrenada en el espíritu, así como el jugador de fútbol se prepara para el gran partido, nuestro gran partido es la vida con Jesús resucitado.
Y la tercera »S» renueva, y pule las concepciones del estilo de comunidad que queremos. Sean mixtas o no, la Sororidad, que a pesar de no ser una palabra aceptada, implica lo que la Fraternidad no permite, quizá por un tinte de género. En la Sororidad se presenta un estilo de vivir comunidad más femenino, al estilo de María, un servicio más amoroso y en este mundo como el de una madre, al igual que la convivencia ¿por qué no una comunidad de hombres presidida por una mujer? Es en los espacios en comunidad como los Maristas queremos vivir y queremos servir.
Para cerrar El Hermano Superior adhiere una cuarta »S», por una palabra que proviene del griego, Sunion lugar místico de la cultura, donde se encuentran los templos de Poseidon y Atenea. Estas ruinas dominan el Mar y como metáfora vemos que este cabo era lo último que los navegantes divisaban de su tierra al partir y lo primero que verían al volver, es entonces cuando cobra sentido volver a los inicios, como los primero Cristianos, como los primeros Hermanos.
Somos responsables entonces, Hermanos, laicos y jóvenes, a construir el reino en este sentido a entrenar nuestras almas y si así lo decidimos a disponer nuestra vida, como María a decir sí a Jesús, para »Hacer la diferencia» Carlos Eduardo Pérez Participante en el EIJM Rio por Venezuela Fuente: maristasnorandina.org