Campamento Misión en la escuela Marcelino Champagnat

«Campamento significó diferencias, un choque entre realidades que nadie te prepara para vivir. Lo que más me marcó fue el corazón de los niños que te aceptaban como si te conocieran de toda la vida, enseñándote así a amar. Luego de esto me siento llamada a dar mucho más, a demostrar que puedo ser parte de una bonita diferencia por medio de la entrega plena.» Alexandra López, Remera.

La Carabela LYTAGE del Colegio Nuestra Señora de Chiquinquirá llevó a cabo su Campamento Misión en la escuela Marcelino Champagnat, vía La Cañada de Urdaneta. Comenzó el 11 de Agosto y terminó el 25 del mismo mes.

El número de remeros que participaron en la carabela osciló entre 20 y 22 muchachos, ya que algunos tuvieron que retirarse temprano o llegaron tarde por distintas circunstancias, y estuvieron acompañados por sus cuatro timoneles: Neriam Leal, Claudia Angulo, Andrea Calabria y Adolfo Urribarrí, y cuatro acompañantes.

En cuanto a trabajo físico, los muchachos pintaron por dentro y por fuera ambos edificios donde están los salones de clases y los baños. Fue impresionante verlos tan entusiasmados. Tanto así que un grupo de remeros decidió trabajar todo el día de descanso previo a la finalización de Campamento, hasta las 8 de la noche, para terminar de pintar los baños (trabajo que no estaba dentro de los planes establecidos en pre-campamento), y aún así seguían alegres y enérgicos cantando y disfrutando entre ellos.

También se restauró el cartel que está fuera del colegio donde se encontraba (y ahora otra vez) el nombre de la institución.

El trabajo con la comunidad también fue una experiencia indescriptible que movió mucho a los muchachos. Prepararon un plan vacacional llamado “Hermanitos de María” donde harían actividades lúdicas, formativas y manualidades con los niños de la comunidad, de edades desde los 3 años hasta los 17. El plan vacacional estaba diseñado para un promedio de 30 niños, basándonos en experiencias anteriores. Sorpresa para nosotros el encontrarnos con más de 56 niños el primer día de trabajo con comunidad y con cada día que pasaba el número crecía y crecía hasta el punto en que terminamos trabajando con un total de 81 niños de todas las edades.

«Campamento Misión lo describo como la mejor experiencia de mi vida. Me marcó el ver a personas llorar porque me iban a necesitar y ver la realidad de mi Venezuela de una manera tan cruda que me inspira a trabajar para ser parte del cambio que quiero en el mundo. El Señor me invita a amar y a regalar felicidad a todo el que me rodea. Gracias REMAR por esta experiencia.» Valeria Ferrer, Remera LYTAGE

Los muchachos se sensibilizaron mucho al conocer la realidad tan necesitada de tantos niños, y al mismo tiempo la sencillez y espiritualidad de estos. Nos encontramos con niños de menos de 10 años que tenían presente a Dios hasta en las manualidades que hacían, que nos mostraban cómo hacían oración y nos pedían que bendijéramos las meriendas que compartíamos con ellos. Nunca faltó la alegría, el entusiasmo por trabajar y la sorpresa al entrar en contacto con realidades tan fuertes. Los remeros se conectaron tanto con los niños que algunos hasta aprendieron a hablar Wayuunaiki. Se dedicó un día especialmente para enseñarles a los niños de la comunidad sobre la higiene y el cuidado bucal y se dio por terminado el plan vacacional con una fiesta y un almuerzo para todos los niños y sus padres.

«Desde que llegué de Campamento siento el llamado del Señor a brindar mi servicio para aquellos que lo necesiten. Por muy poco que sea lo que pueda dar, para esas personas lo es todo y lo agradecerán por siempre, y ese servicio simplemente me llena y me hace crecer» Marialejandra Calabria, Remera LYTAGE

En materia de oración se vivieron muchos momentos que hicieron vibrar a los remeros de la carabela. Cada oración iba enfocada a un tema en específico que se vivía a lo largo de todo el día de trabajo. Temas como la unión, el amor, la realidad venezolana, la fe, la tolerancia y el perdón, la sencillez, entre otros… Todas las oraciones fueron llevadas en su totalidad por los remeros, a excepción de celebraciones llevadas por los timoneles y acompañantes. Quedamos impresionados al ver el crecimiento espiritual de los remeros y, sin ánimos a sonar poco humildes, nos enorgullecieron a todos.

El primer domingo de campamento se invitó a los padres de todos los integrantes de la carabela a un almuerzo en familia. Los remeros se encargaron de mostrar a los padres el trabajo realizado hasta el momento, y se tuvo un momento de oración y de compartir donde se les preguntó a los padres que cómo se sentían al tener a sus hijos fuera de casa, trabajando por la comunidad de La Cañada, y se les entregaron cartas que los muchachos previamente habían escrito, comunicando libremente lo que quisieran decir a sus padres. Luego de eso, tuvimos un almuerzo familiar, nos despedimos y volvimos al trabajo en Campamento.

«Fue una experiencia que me enseñó a ver a Jesús en los demás, a trabajar en equipo, a apreciar los valores en los demás y en mí. Fueron 11 días de felicidad, entrega y más que todo amor. Lo que más me marcó fue el darme cuenta de que la comunidad nos dio más de lo que nosotros pudimos darles y aún con su situación dan gracias por lo más mínimo. Siento que el Señor me invita a aprender de ellos y a seguir en el camino de servicio.» Gianpaolo Lenarduzzi, Remero LYTAGE
«Para mí, Campamento significa la experiencia más linda que toda persona, remero o timonel puede vivir. Significa el gesto más grande de servicio que se pueda dar hacia una comunidad, pues durante 12 días, el trabajo es para ellos… El campamento nos ayuda a crecer como persona, a aprender a vivir como muchos de la comunidad la que nos encontrábamos, ya que nos debíamos amoldar a las condiciones, y por último, nos ayudó a darnos cuenta de las realidades que se viven en nuestro entorno que por alguna u otra razón se nos olvida o no nos acordamos de ella en nuestra vida cotidiana. Es por ello que el Campamento aparte de que nos forma, marca un antes y un después en nuestras vidas, fortaleciéndonos como seres humanos para lograr ayudar o realizar un cambio para nuestro prójimo o nuestro entorno.» Andrea Calabria, Timonel